Esta terapia se basa en la concepción de que cada órgano del cuerpo humano posee su propio campo magnético y que en presencia de una enfermedad estos polos se desequilibran y es en especial en el polo sur con un pH ligeramente mas ácido, es en donde se concentran los virus y hongos mientras en el polo norte con un pH algo más alcalino se encuentran bacterias y parásitos . El Dr. Goiz logró determinar que entre ambos focos de virus y bacterias se establece una comunicación en formas de ondas electromagnéticas, lo que permite la retroalimentación energética entre dichos microorganismos. Estos microorganismos por lo tanto mantienen una estrecha relación y presentan polaridades magnéticas contrarias.
La salud de nuestro organismo va unida a un pH o nivel de acidez cercano al punto de neutralidad (ph = 7). Cuando ocurre una infección o una disfunción orgánica, el pH de la zona afectada se altera, volviéndose ácido (exceso de iones H+) o alcalino (exceso de iones OH-). Paralelamente, el pH de otra zona del cuerpo se polariza en la dirección contraria, ya que el número total de iones H+ y de iones OH- en el cuerpo debe ser idéntico. De este modo se forma en el cuerpo un Par Biomagnético compuesto por dos polos de signo contrario que entran vibracionalmente en resonancia biomagnética.
El foco ácido o positivo es propicio para el desarrollo de virus y de hongos, mientras que en el foco alcalino o negativo se desarrollan bacterias y parásitos. Del mismo modo que no puede crearse un foco ácido sin que se cree al mismo tiempo otro foco alcalino, también los microorganismos se asocian en simbiosis para crear su patogenicidad.
Esta es una de las principales innovaciones del Biomagnetismo Médico.
Estos desequilibrios del pH provocan o están asociadas a una gran mayoría de enfermedades que sufren los seres vivos, desde disfunciones orgánicas y enfermedades simples hasta procesos degenerativos, tumorales y enfermedades complejas o crónicas.
El terapeuta puede identificar, siguiendo sus protocolos diagnóstico-terapéuticos, los pares biomagnéticos alterados, los cuales están asociados a microorganismos concretos. Pero no sólo puede precisar la etiología de la enfermedad. Al colocar la polaridad positiva o negativa de los imanes en los focos ácidos o alcalinos de los pares biomagnéticos desequilibrados, puede también reequilibrar el pH del organismo hasta llevarlo a la neutralidad. Y en estas condiciones de neutralidad, los microorganismos patógenos no pueden sobrevivir y el paciente se curará en la mayoría de los casos de una manera natural, limpia y rápida generalmente.
A fecha de hoy hay identificados más de 300 pares biomagnéticos, cada uno asociado a un microorganismo o a una patología. Estos pares pueden además combinarse entre sí, aumentando enormemente las posibilidades diferentes de pares combinados. Es por ello que no existen dos enfermos iguales. La medicina alopática suele catalogar las enfermedades de acuerdo a una sintomatología común (faringitis, laringitis, bronquitis, gastritis, síndrome tal o cual, etc). Por el contrario, el Par Biomagnético no se centra en la sintomatología, sino en la causa que está produciendo esa enfermedad. Y cuando el terapeuta logra reequilibrar esa causa, la sintomatología del paciente tenderá a desaparecer progresivamente.
El Biomagnetismo médico puede abordar con éxito parcial o total una gran mayoría de enfermedades, osteoarticulares, nerviosas, disfuncionales, autoinmunes, respiratorias, dermatológicas, hematológicas, cardiovasculares, gastrointestinales, hepáticas, renales, ginecológicas, genitourinarias y venéreas, oculares, bucales, tumorales, etc.
Pero lo más importante del Par Biomagnético es su valor preventivo. La medicina alopática no reconoce la enfermedad hasta que no aparece el primer síntoma o signo detectable por el médico. Pero si un paciente se hace chequeos biomagnéticos periódicos, no albergará pares biomagnéticos durante mucho tiempo en su organismo. Por consiguiente, los microorganismos patógenos no tendrán opción de asociarse entre sí dentro del organismo. Y al no hacerlo, la sintomatología no llegará a producirse, al menos no lo hará de manera virulenta, agresiva o degenerativa. Y la enfermedad simplemente no aparecerá en una gran mayoría de casos.